Joan Miquel es un enamorado del campo, pero su verdadera pasión está en la preservación de razas autóctonas de pollos, pavos y ovejas, y en la crianza de la Agapornis Personata, un pajarillo precioso que por lo visto, si lo crias desde pequeño te coge tal cariño que se queda contigo siempre.
Joan Miquel estudió ingeniería agrónoma. Entre semana trabaja apoyando proyectos de agricultura, y durante el fin de semana dedica su tiempo libre a cuidar de su granja. Es de esos jóvenes dispuestos a no dejar que muera la historia de su tierra, a luchar por mantener la manera de hacer de siempre y a trabajar desde el respeto, el amor, y la dedicación por los animales.
Pasamos una mañana preciosa junto a él y sus padres. La manera que tenía Joan Miquel de explicarnos sus métodos ecológicos de cultivo, de hablarnos del cambio que se observa en los pollos cuando llegan a su finca y se ven en libertad, del nacimiento de los nuevos corderitos, y por supuesto de sus Agapurnias, hizo que pudiera sentir ese amor incondicional que siente por la tierra.
Me siento muy afortunada de poder visitar proyectos como el de Joan Miquel, y poder enseñarles a mis hijos todo el trabajo que hay detrás de cada lechuga, de cada cebolla, o de cada huevo que se llevan a la boca. Sólo así podrán valorar lo importante que es elegir alimentos de calidad.
Esa noche cenamos nuestros primeros huevos de pavo y nuestros primeros huevos de gallina recogidos por los niños.
Se que mucha gente tiene esa suerte de alimentarse con productos tan frescos que aún tienen el olor de la tierra. Pero lo que más me gusta saber, es que son conscientes de su fortuna, porque es un privilegio que pocos hoy tenemos la suerte de gozar. Pero se que algún día me convertiré en una de ellas.
Mientras tanto me gusta conocerlas y darles visibilidad para honrar su labor.