Mucha gente se sorprende cuando me oyen decir que antes en casa los yogures azucarados se consumían sin reparo. De hecho yo misma era adicta a los yogures de coco. Me podía comer 2 ó 3 diarios, y por supuesto lo mismo mis hijos. De hecho hasta estaba bien visto que un bebe comiera un yogur sin importar su contenido.

Tras mi confesión veo el gesto de la gente en plan "me está tomando el pelo". Pero sí, en casa no siempre hemos comido prestando atención a la repercusión que tenían los alimentos en nuestra salud. En la sección Sobre ScP os cuento un poquito más de cómo empecé a ser consciente.

Por eso, cuando digo que un cambio en tu alimentación es posible, y que además puedo ayudarte en esa transición, es porque nosotros somos ejemplo de ello. Pero es un proceso lento y requiere ciertas estrategias sobretodo con los niños.

Por eso hoy quiero contarte cómo conseguí que los niños pasaran de los yogures azucarados a consumir única y exclusivamente yogures naturales sin azúcar, porque este cambio, junto con el cacao soluble de por las mañanas, fue el cambio más importante y más difícil al que me enfrenté con ellos (ni siquiera aumentar el consumo de fruta y verdura fue comparable al reto que suponía cambiar de yogures).

Como eran pequeños, no podía simplemente argumentar y razonar mi decisión con ellos. Si tuviera que hacerlo ahora a sus 8 y 10 años, quizá les involucraría en la decisión y les motivaría de otra manera. Pero siendo tan pequeñitos no podía, no iban a entenderlo. (A los 8 y 10 años pueden no aceptarlo, pero tienen la capacidad para entenderlo).

Lo que hice fue simplemente dejar de comprarlos y en su lugar compré naturales.

Obviamente cuando los sacaba protestaban, no los querían y me pedían los otros, pero al no haber se conformaban con no comerlos (algo que tampoco me preocupaba puesto que su aporte de calcio ya lo obtenían de otras maneras). Pero decidí convertir esos yogures naturales en algo más apetecibles para ellos.